LA CARAPULCRA QUEMADA

Durante la dictadura de Velasco Alvarado, un compañero miembro de la Juventud Aprista Peruana, llamado Julio Sepúlveda, organizó con un grupo de compañeros una “carapúlcrada”, para cambiar el techo del “Aula Magna” del local central del partido, que se encontraba desgastado por el tiempo.

Como era natural, una comitiva de jóvenes le pide al “jefe” que por favor asista al evento para que lo presida y enaltezca.

Llegó el día del evento. En medio de los afanes de cocina y recibir a los invitados, ocurrió algo fortuito, se quemó la olla con carapulcra, olla que era para vender a los invitados. Entonces avergonzados, deciden informar del percance al “jefe”.

Sepúlveda le dice la novedad. Entonces, Víctor Raúl sorpresivamente le ordena que se sirva como estaba previsto. Se trató de arreglar el sabor agregándole una serie de condimentos y trucos culinarios, pero era imposible quitarle el sabor a quemado.

Recuerda Julio que “realmente no se podía hacer mucho, pero la orden del “Jefe” era que se sirva”.

Entre los dirigentes presentes se encontraba Armando Villanueva que se encontraba junto al “Jefe”. Servida la comida, ninguno de los presentes probaba la comida, a pesar de tenerlas al frente de ellos. Ante tal actitud, Víctor Raúl le dice al compañero Villanueva: “Armando, come que está rica” y Armando comenzó a comer a regañadientes. Luego, el Jefe alzó su rostro y fijo su mirada en quienes no comían. Todos los invitados empezaron a comer silenciosamente.

El evento resultó un éxito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario