Una tarde en el centro de Lima, me encontraba conversando con el compañero Nicolás Hernández y se nos acercó el ex Diputado, Oscar Morales, quien nos contó una anécdota. Era el año 1969 y su prima Graciela “Chela” Chipoco de Pinzas, dama aguerrida que acostumbraba llevar consigo una pistola en su cartera, cuando un grupo de damas apristas habían decidido reunirse en la casa de Víctor Raúl en Ate Vitarte. Entre las damas participantes se encontraba la compañera Hortensia Pardo, que al igual que las demás compañeras siempre acompañaron al “jefe”.
“Chela”, quien tenía una gran voz de soprano, llegó tarde a la reunión. Todos la esperaban, pues ella había ofrecido traer una torta para ser degustada en la reunión. Cuando por fin llegó a la casa, para disimular su tardanza, hizo uso de su estupenda voz ingresando a la sala cantando una zarzuela. Llevaba en una mano su cartera y en la otra la torta. Todos, hasta el jefe, se la quedaron mirando. En eso, ella tira la cartera sobre una mesa en forma violenta, y ésta al chocar sobre la mesa, deja salir un estruendoso tiro de pistola. Los presentes se agacharon y otros gritaron del susto.
El “jefe” era el único que se puso a reír de buena gana, ante el susto que habían pasado sus invitados.
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